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DALIDA y su Busto

Me he dejado caer desde donde estaba ayer y he aterrizado en la Place Dalida, llamada así desde el 24 de abril de 1997 en homenaje a la cantante y actriz Yolanda Gigliotti (DALIDA) que había vivido a escasos 200 metros del lugar durante 25 años, es una pequeña plaza en la que convergen les rues: Girardon, de l’Abreuvoir et Allée des Brouillards, el mismo día en que se descubrió la placa con el nombre de la plaza, se erigió un busto (nunca mejor dicho) de ella, realizado por Alain Alsan (escultor).
La plaza invita al reposo, al lado del busto hay un banco, me siento. Pasa un grupo de niños, niñas y sus monitores, posiblemente los mismos de ayer, uno de los niños se retrasa y, mirando de un lado a otro, con presteza posa sus manitas en el busto,

DALIDA y su Busto

no en cualquier parte del busto, lo hace en el lugar que más brilla, es indudable que el niño comprende que es un atrevimiento lo que acaba de hacer, o eso o es que conoce la tradición, me inclino por lo primero, el brillo y la turgencia de los volúmenes han sido irresistibles, así mismo se lo ha parecido a una de sus compañeras que nada más verlo ha corrido a contárselo a otra, risitas, muchas risitas y miradas para el osado, los monitores ni se han enterado, se han perdido una situación divertida, un instante especial, a mí todavía me quedan restos de la sonrisa en los labios. Imaginad las manos del pequeño, la gorra con la visera hacia atrás, casi ha tenido que ponerse de puntillas para alcanzar esos dos resplandores.